viernes, 21 de octubre de 2011

EL HOMBRE: SER SOCIAL Y CONCIENCIA SOCIAL

EL HOMBRE: SER SOCIAL Y CONCIENCIA SOCIAL

El hombre es un ser social por naturaleza. Es una realidad que unos necesitamos de otros, no podríamos vivir solos; ningún ser vivo necesita de los demás en los primeros meses y años de la infancia tanto como el hombre.

La persona humana es mucho más que un ser lleno de necesidades, el ser humano es esencialmente comunicativo por lo que está llamado a compartir y aceptar que los demás compartan con él.

Las relaciones humanas se ocupan de la habilidad de llevarse bien con las personas y de crear relaciones significativas; esta habilidad es importante ya que afectan todos los medios en los que la persona se desenvuelve: su vida hogareña, escolar, social, de trabajo, relaciones humanas defectuosas ocasionan divorcios, fracasos de negocios, frustraciones e inseguridades.

Estos grupos los podemos hallar en nuestra familia, escuela, empresa, estado, colonia y otros. Es en su conjunto y en su interrelación de unos con otros como se constituye nuestra comunidad, la sociedad en la que vivimos.

La conciencia es el reflejo de las condiciones materiales de existencia. Sus elementos que la componen son el pensamiento, el sentimiento y los sentidos.

Es por ello que el ser social, el sujeto como ser en interacción social, construye su propia conciencia, de esto se obtiene que la conciencia sea reflejo secundario respecto a lo reflejado. Así, la conciencia es secundaria y el ser social es primario.

Esta aproximación conceptual de la conciencia me permitirá encontrar un camino idóneo de explicación científica sobre múltiples dimensiones de la vida productiva y creativa del ser humano.
En esta necesidad de unirse los afectados por el sistema, nos damos cuenta que conformar algo colectivo tiene muchas dificultades, en lo práctico sobre todo, por la ideología predominante, que privilegia el individualismo a toda escala y no permite las
¿Y qué es el "ser social"?
Ser social  son las relaciones económicas, el modo de producción de la vida material, que condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual, que condiciona las creencias, las costumbres, la religión, la filosofía, etc.
Pero si el ser social determina la conciencia social, porque sucede que la Revolución es un acto de la conciencia social para transformar el ser social. Por ejemplo, la Revolución Proletaria, que nace bajo el ser social del modo de producción capitalista, convertida por el triunfo en la conciencia social dominante, transforma el modo de producción capitalista en el socialista. Esto pone en entredicho la "ley" de la determinación de la conciencia social por la base social, porque durante la Revolución sucede al revés.
El problema básico es el siguiente: cuando usted habla de ley quiere decir que lo que usted afirma se cumple siempre dentro del marco de su competencia. Usted no puede aceptar que algo es "ley" si a veces se cumple y otras, no; y si se cumple con algunos y con otros, no. Una "ley" bajo los términos científicos se cumple siempre.
La pretendida "ley" de la determinación de la conciencia social por el ser social sufre de la misma enfermedad del abstraccionismo que la relación entre el pensar y el ser. ¿La conciencia social de quiénes? ¿El ser social de qué? ¿El ser social, el sostén físico, de la misma conciencia social?
La conciencia social está determinada por el ser social, y de esa forma la conciencia proletaria debería estar determinada por el ser proletario, y así para todas las clases, pero resulta que los revolucionarios más importantes de la revolución rusa, los dirigentes, no eran proletarios. Y a la inversa, muchos proletarios y campesinos, abrazaron la causa de las llamadas clases explotadoras. Incluso existe otro problema dinámico y es que el dirigente de origen proletario cuando se convierte en funcionario deja de ser proletario y entonces su conciencia social no corresponde con su ser social.

¿Quién determina a quién en la realidad?
En la realidad histórica es el pensar social, el que gobierna una sociedad dada, el que modifica y ordena la estructura económica y ello explica como todas las revoluciones luchan por convertirse en esa cúspide para poder modificar la sociedad. Y la capacidad de modificar sólo está en función de la cantidad de poder que se disponga en un momento dado. Y las modificaciones van en la dirección que quiera esa cúspide mientras tengan el poder necesario para imponerlas, sin importar que sea lo que quieren la base económica ni las llamadas "fuerzas" productivas.
En las sociedades poco desarrolladas, de menor número de componentes, la estructura piramidal de las mismas sigue el triángulo A, que se caracteriza por su escasa diferenciación en capas sociales y por tanto, muy poca altura de la cúspide, en las sociedades algo más desarrolladas, representada por la B, hay quizás dos capas sociales y una cúspide más definida y permanente, con más poder sobre la totalidad. Y en la C, sociedades más numerosas, plenamente definidas, y la cúspide con mucho mayor poder. 

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