Escribe: Félix Estela Flores
Este justo homenaje crece cada día ya que las madres no solamente conceden un tiempo a sus hijos sino su vida entera; tal que, el oficio de madre no acaba nunca; un día en que un hijo acompaña a su anciana madre en su lecho, en su agonía, le extiende la mano diciéndole, “hijo, es hora de tu desayuno”. Las fuerzas de una madre asombra: sobrellevan dificultades, pesadas cargas, pelean por lo que creen. Se sublevan contra la injusticia. No aceptan un "no" por respuesta cuando creen que existe una solución mejor. No se compran zapatos nuevos pero a sus hijos sí. Aman incondicionalmente y son fuertes cuando no hay de donde más sacar fuerzas.
La historia lo demuestra, en Rusia 1917 las protestas de las mujeres tumbaron al Zar y conquistaron el sufragio femenino.
La celebración a la madre crece cada año, sin embargo, ninguna mujer ha dirigido la ONU u otras instituciones, ninguna iglesia es liderada por una mujer, poquísimas mujeres han sido o son presidentas en alguna parte del mundo, en EEUU, ninguna.
Hay más mujeres que hombres pero en el mundo representan un bajísimo porcentaje en puestos de gobierno. Sin embargo, representan dos tercios del número de analfabetos. Sólo el 1% de la tierra titulada del mundo tiene dueños femeninos.
Nuestro homenaje a la madre debe traducirse en considerarla igual en todos los sentidos.
Desde el Colegio “San Juan de Maynas” saludamos a las madres y en forma especial a las madres moyobambinas y les decimos que ese amor tan grande es suficiente para emprender la esperada “gran transformación”.